lunes, 13 de mayo de 2013

ESPERANDO LA MAGNA, POR PACO ESTARLI.

Nos regala el tiempo que vivimos, año de la fe para el orbe católico amén de mariano en Granada,  la ocasión irrepetible de poner de manifiesto, una vez más pero fuera del calendario ordinario,  el fervor que mueve al granadino por la Madre de Dios y el firme convencimiento en los postulados de nuestra religión. 

Todo, puesto en valor, en el acto común por el que las hermandades de penitencia granadinas, testimoniaremos la inquebrantable filiación y rendido amor a la Madre de Dios y nuestra, hoy significada en la muy fervorosa advocación de la Santísima Virgen de las Angustias, en su realeza.

Con la peregrinación “María, reina de Granada” el mundo cofrade vivirá un hito que, imborrable de la memoria,  marcará en la historia el centenario de la coronación de nuestra Patrona y da contenido catequético al año de la fe. Pero que además fundamenta la concepción cultual cofrade, contribuyendo, con tan singular muestra de fervor, a lo social, cultural y económico de nuestro entorno. Aspectos estos  al margen de la esencia que lo motiva, pero que no podemos ni debemos obviar.

Las llamadas a participar, concurren realizando un notable esfuerzo presupuestario, en el convencimiento, primigenio y fundamental, de los frutos espirituales derivados; pero también, con la esperanza de su aportación en lo material, por lo mucho que al cofrade lo mueve la caridad.

Con ellas es imprescindible el arropo de la participación de cuantos, propios y ajenos a este ámbito, nos sentimos comprometidos en una expresión de fe que va mas allá, convirtiéndose en estilo de vida.

La máxima cofrade por excelencia, la participación, es valor por sí misma, a la par que vinculo y expresión de sentimientos y aposturas que han nutrido el rico acerbo religioso y cultural que generación tras generación han sustentado las formas que nos distinguen como pueblo.

Y así viviremos esta Peregrinación Mariana, unos como actores, otros como espectadores y todos como pueblo que con orgullo, acierta a expresar su esencia en la escenificación de una forma de sentir única que nos distingue.

Granada con María, Madre y Reina, para escribir otra página en la ancestral defensa de los atributos que adornan  a la venerada por todas la generaciones, ancora y puerto seguro del cofrade.


Francisco José Estarli García.
Hermano del Rosario

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