jueves, 7 de marzo de 2013

PRIMER DÍA DE TRIDUO.


Hoy un nutrido grupo de hermanos y devotos hemos comenzado con la celebración penitencial el Triduo a nuestros Sagrados Titulares con la figura del ciego del camino. Nuestro consiliario el P. Álvaro ha centrado su meditación en la curación del ciego que se encontraba al borde del camino y al que el encuentro con Jesús le permite contemplar al Salvador.


Dice el himno que hoy hemos cantado en el primer día de triduo:




Libra mis ojos de la muerte;

dales la luz que es su destino.
Yo, como el ciego del camino,
pido un milagro para verte.


Haz de esta piedra de mis manos

una herramienta constructiva;
cura su fiebre posesiva
y ábrela al bien de mis hermanos.


Que yo comprenda, Señor mío,

al que se queja y retrocede;
que el corazón no se me quede
desentendidamente frío.


Guarda mi fe del enemigo

(¡tantos me dicen que estás muerto!)
Tú que conoces el desierto,
dame tu mano y ven conmigo.
El momento central de la celebración, nos ha permitido centrarnos en la contemplación de nuestros titulares, Jesús y María, a los que al igual que el ciego podemos contemplar centrando nuestra mirada en ellos para poder levantarnos y cambiar de vida.

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