La Estación de Penitencia se ha cumplido, y tras ella la Hermandad vuelve a su casa, a su barrio... Infinitos corazones la acompañan haciendo que el frío de la noche se pueda olvidar por unos instantes. Desde un balcón, una sentía saeta se hace oración a la Madre de Dios gracias al quejío de Noelia Membrilla, y sin solución de continuidad, Cantillana vuelve a acompasar la mecía del palio que la cobija, con el elegante compás de "Madrugá Macarena"...
No hay comentarios:
Publicar un comentario