lunes, 18 de mayo de 2009

PRIMER ANIVERSARIO COMO TORERO

Hoy, 18 de Mayo de 2009, los Rosarianos tenemos en el recuerdo, aquella salida extraordinaria con la que Nuestra Bendita Madre del Rosario - la que nos gusta llamar "la Capitana del Realejo" - cumplía los 75 años de la fundación de Su Hermandad, al mismo tiempo que tenemos en la memoria junto a esa salida, la tarde en la que el Rosario del Realejo se trasladó a la Monumental de Frascuelo para estar con nuestro hermano Jesús en el día de su Alternativa.
(Foto recogida de la Web de San Agustín)http://www.cristodesanagustin.com/albumgranadarosario.htm)


Aprovechamos este I Aniversario, para ofreceros la crónica que nos dedicó el cofrade Vicente Gomáriz, y que debería haber visto la luz en el boletín anual que edita esta Hermandad, pero que por cuestiones económicas se ha visto reducido en su contenido. Lo reproducimos a continuación, gracias Vicente:

Una tarde para el recuerdo

Cofrade y torero. Torero y cofrade. Con estos dos vocablos se resumen las dos pasiones de Jesús Fernández ‘Yiyo’. Déjenme por tan sólo unos instantes que me sienta hermano del Rosario. Tengo que decirles que así lo hice el pasado 18 de mayo de 2008. Ese día quedará grabado en la historia de la hermandad y en la del toreo granadino. Nuestro hermano ‘Yiyo’ tomó la alternativa en la Monumental de Frascuelo. No podían faltar sus hermanos. Como si de un Miércoles Santo en el barrio del Realejo se tratase, las andanadas 1 y 2 del coso de la avenida del Doctor Olóriz estaban engalanadas para la ocasión.

En la mañana de tan primaveral jornada, los corrales de la Plaza de toros de Granada eran un bullicio constante de gente. No era para menos. Un torero de la tierra iba a recibir en aquella tarde los trastos para iniciar su carrera como toricantano. La expectación en ese momento giraba en torno al sorteo. Alea jacta es. ‘Granaíno’, así se llamaba el toro con el que ‘Yiyo’ tomaría horas después la alternativa. Una vez terminado el enchiqueramiento a todo el mundo se le podía adivinar en sus rostros la gran cita que estaba por llegar.



Cuando las manecillas del reloj marcaban las 7 de la tarde, el portón del patio de cuadrillas se abrió. Desde la andanada se podía vislumbrar el blanco y la plata del traje de luces de ‘Yiyo’ junto con el resto de la terna conformada por Juan Bautista y Eduardo Gallo. El torero, una vez ya sobre el amarillento albero, rindió pleitesía a su devoción mariana. Toda su vestimenta hacía evocar a la Reina del Rosario. En el interior de la montera se encontraba Ella. Al capote de paseo rojo, como si de un trozo del manto de la Madre de los marineros se tratase, se agarraba un bordado realizado con primorosas puntadas. El traje del maestro, ya lo he dicho, espuma de mar y plata. En claro recuerdo a la argéntea carabela que navega en noches de Miércoles Santo por las callejas del Realejo y a la que ‘Yiyo’ tiene el honor de llevar sobre su cerviz.


Una vez celebrado el paseíllo. La emoción y la tensión corría desde el callejón a la andanada y desde ésta al tendido. Sonaron los clarines interpretados por nuestros hermanos de la Banda de Cornetas y Tambores de Tres Caídas. ‘Granaíno’ salió de los corrales. El graderío permanecía enmudecido. De pronto, Juan Bautista salvando el burladero se plantó en el ruedo, detrás de él Gallo y ‘Yiyo’. La ceremonia de la alternativa estaba cerca. En el momento en que Bautista cedió los trastos a nuestro hermano, el coso estalló en una gran ovación. Era la ocasión para ver a nuestro hermano en Granada como torero. La faena comenzó con la indudable entrega del granadino quien logró meritorios pases pese a que el morlaco no dejaba lucirse demasiado. Al concluir su actuación, el coso de Frascuelo se inundó del blanco de los pañuelos y en concreto de las pañoletas que los hermanos del Rosario dejaban colgar de sus

cuellos.

Finalmente, ‘Yiyo’ obtuvo un valioso trofeo en su primera actuación como matador de toros. El sexto de la tarde, como si de una frustrada tarde de Semana Santa se tratase, tuvo que lidiarlo bajo el líquido elemento. Con gran serenidad, el maestro le arrancó a su oponente pases de gran vibración y exposición. Los tendidos respondían con aplausos la entrega de nuestro hermano en el ruedo. A la conclusión, de la lidia al último de tan recordada tarde ‘Yiyo’sumó un nuevo trofeo que le permitió abrir por vez primera la puerta grande de la plaza de su Granada natal.

Hermano enhorabuena y a seguir creciendo como torero.
Vicente Gomáriz Belda.

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